RAMIRO CALLE
Lucien vuelve a India, después de tantos años, consciente de que se trataquizá de la última oportunidad para encontrarse a sí mismo. Marta, la mujer aquien amaba con locura, acaba de morir («El sol nace, el sol se pone.¿Recuerdas, Lucien?»), y él percibe que su vida sólo tendrá sentido sireemprende el camino iniciático que abandonó años atrás.Tal vez el maestro Hisham tenga razón y Lucien debería viajar otra vez aIndia, a Sikkim, para encontrar a la anciana mujer que fue abadesa y lama y, enella, la ayuda que necesita. Tal vez así conseguiría superar la pérdida de laamada Marta, y la soledad, la angustia, el vacío. Pero ¿quién es Hisham, ellibanés? Porque parece un patán engreído, un charlatán extravagante... ¿Es enverdad un maestro, un guía?«Está en una encrucijada, Lucien -le dice Hisham-, en un atolladero. Siquiere salir de él debe dejarlo todo y viajar.» El sol nace, el sol se pone...